Remembranzas de mi pueblo
13/12/2025
Había nacido en 1893, el agosto 24. Froylán, hijo de Don José y Doña Margarita, procreó con mi abuela Beatriz Vega Martínez, cinco hijos que conocí con vida, a saber: José, Felicitas Perpetua, Liduvina (mi madre), Roberto y Rosalina.
Al quedar viudo en 1940, con cinco hijos chicos, seguramente se las veía, a veces sucias y a veces negras.
Anduvo noviando con Doña Balbina Vega. A lo más que llegó fue a quitarle un rebozo durante un jaloneo para llevársela, acción que le generó una demanda judicial y una llamada de la autoridad que le impuso una multa de $14.00 catorce pesos cerrados, sin centavos y condenado a devolver la prenda.
Doña Balbina, se negó a seguir adelante con los tratos carnales alegando estar trabajando para unos ingleses que llegaron a vivir a la casa de Don Sansón Martínez Rivas para trabajar minas. Ella los atendería «ya esta comiendo con manteca», dijo con enfado mi abuelo, pero yo creo que la señora le sacó al parche al compromiso de hacerse cargo de cinco bendiciones. Falleció soltera, yo ignoro si ella conoció de varón.
Como además de ser herrero y la fragua la tenía justo junto al paso de la vía, atendía para herrar los animales de tiro de aquellos carritos que transportaban el Mineral desde la mina hasta el Socavón. Trabajaba en la mina grande en San Cristóbal.
En esa risueña población fue donde conoció el abuelo a Doña Everarda González, a quien mi madre siempre le dijo Veralda. Mujer joven a la que mi madre le enseñó a rezar para que pudieran casarse, al final lo hicieron y por las dos leyes.
De ese matrimonio el primer dia de febrero de 1945 nació Ignacio, el último de sus hijos, quien a la fecha es el único de los hijos de Don Froylan Torres, mi abuelo materno, que está con vida y hoy le celebramos sus 80 años.
Deseamos larga vida y salud a mi tío Nacho, quien resultó prolífico y tiene vasta descendencia.
Fuerte abrazo a todos mis primos y mucha salud a mi tío Nacho, el menor de los hijos de Don Froylan Torres Martínez.
En este segundo mes del dos mil veinticinco, les saludo con aprecio.
J. Rogelio Ledesma Torres.
Serrano de nacimiento y de corazón
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