Bodega de explosivos
Rogelio Ledesma 9/03/2022
En una de mis últimos paseos al pueblo mágico de San Joaquín, pude accesar a una parte del parque nacional Campo Alegre donde ¡zaz!, que me encuentro con la construcción de la imagen que según yo, fue “El Polvorín”.
Desde mi infancia escuché decir que ahí era “El Polvorín “, lugar donde me dicen mis primos Marín y Pedro -que si saben de minas y explosivos y a quien les agradezco sus comentarios- , es el lugar donde se almacenan bajo estrictos cuidados, los explosivos que se usan para detonar en las minas.
Había en el estado de Querétaro sólo dos personas para el comercio y distribución de ellos, debidamente autorizados por la Secretaria de la Defensa Nacional , don Jesús Oviedo y nuestro paisano, mi tío Salvador Torres.
Para ello era necesario tener estos almacenes con medidas de seguridad y normas específicas. En nuestro pueblo son construcciones de adobe y techumbre de madera, procurando que en caso de una emergencia no hubiese pedazos de concreto volando y causaran mayor desgracia.
En un polvorín se guardaban, dinamita, cañuela, mexamón y en otro, construido a cierta distancia, los fulminantes, los estopines y el ekor.
Cabe comentar que estos almacenes deben contar con aparta rayos, además de estar debidamente circulados.
Detonantes fuera del polvorín, usados como antena
De los estopines, que son como alambres de colores, los recuerdo amarillo y azul, los llegué a ver en algunas casas rurales haciendo maraña entre los árboles buscando hacer antena para mejorar la recepción de la señal del radio. La emoción de escuchar ya fuese la XEW para las radio novelas o la T Grande de Monterrey, para escuchar canciones y los programas de los laboratorios Mallo (así, con ll).
Volviendo a los explosivos, me dicen, había permisionarios con sus documentos en regla como la compañía Nueva Palma, para la mina «Las Calabacillas» o bien la compañía minera El Otatal para la mina del mismo nombre, así como los permisos de las minas de Plazuela y Rio Blanco entre otros.
Para el uso de explosivos era necesario hacer el barreno que en sus inicios era a mano, barrena o cincel y marro ya fuera de 8 o 10 libras dependiendo del “conejo” de los barreteros, que eran pareja para el trabajo y se les daba tarea por turno de 3 barrenos entre 60 y 80 cms. de profundidad.
Vaya un reconocimiento a todos aquellos barreteros que dieron parte de su vida y salud en este trabajo arduo y pesado para que nuestro pueblo sostuviera la fama de pueblo minero.
Les abrazo y agradezco el tiempo que comparten de mis remembranzas.
Rogelio Ledesma Torres.
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