Las pesas y medidas
Rogelio Ledesma Torres 16/02/2022
Pensar en San Joaquín y evocar estas remembranzas, significan sin lugar a dudas remontar tu mente y pensamientos en aquellos tiempos idos. Qué felices éramos. Seguramente sin darnos cabal cuenta de nuestro entorno, mismo que al pasar el tiempo recordamos con nostalgia, viene a mi mente nuestro muy particular sistema de pesas y medidas en mi pueblo, San Joaquín.
Cuando chiquillos, allá en los setentas, las mamás nos enviaban a la tienda del pueblo a comprar un cuartillo de alguna semilla.
El cuartillo medidor era un cubo de madera con sus medidas de ancho y alto que puede equivaler, por hablar del maíz a kilo y medio.
Desde luego la tienda tenía un cuartillo un tanto más chico que el que se usaba regularmente en casa y el rasero era un trozo de madera utilizado para eliminar el excedente y dejar plana la medida servida.
El puño
Puño, generalmente 4 puños es un cuartillo, medida que se popularizó y ahora ya todo en el mercado de mi pueblo, hablando de pequeños productores locales te lo venden «en puños». La medidad es una lata de sardina calmex, ya limpia desde luego; así, los chiles cascabelillos verdes, los piñones, orégano chiquito, los cacahuates con cáscara y los tomatillos te los venden en puños, eso si, rebosantes.
El montón
Recuerdo que los chiles los traían de San Juan Tetla, por cierto de los primeros asentamientos humanos en nuestra zona, también de San Francisco Gatos, igual de antiguo que el primero.
Zonas de clima cálido donde además de estos riquísimos chiles, también siembran y cosechan mango criollo, plátanos morados y plátanos piñas, aguacate criollo de cáscara suave y delgada, esto en el mercado se dice «a cómo el montón», pequeños montoncitos de cuatro o cinco piezas y te dirán el precio del montón.
Estos productos se cultivan en clima cálido y además en zonas con agua que casi siempre serán en “las vegas” de los arroyos. Este nombre de vegas – veguitas si son muy angostas- sirve para denominar a la superficie más cercana al lecho pluvial y además de plana es cultivable por el limo acumulado en épocas de lluvia.
La cuarta
La longaniza en mi pueblo se vende por cuartas y es sabrosisima. Hasta donde recuerdo, Doña Cota, una mujer alta y delgada, con unas manos grandes medía del pulgar al meñique estirando los dedos y esa longitud es una cuarta; ella elaboraba la longaniza con carne de puerco que no es molida sino picada con un adobo de chiles rojos; decían en mi niñez, «anchos y bandeños», hoy los conozco como guajillos.
Estos últimos son sazonados con sus ajos y cebollas y se perfuma con orégano del grande y del chiquito; como conservador se utiliza vinagre y finalmente el preparado se coloca dentro de una tripa cruda de puerco.
Este embutido se pone a secar al sol y se disfruta de varias maneras, la más común es con huevo y en guiso de salsa, acompañada de frijoles. La preparación de esta riquísima longaniza totalmente artesanal, pasó después a doña Margarita Pérez y últimamente su hija Josefa Martínez Pérez sigue con está hermosa tradición, despachando el delicioso manjar por cuartas.
Esos sabores que añoras.
Rogelio Ledesma Torres.
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