Voces del Tepetate
30/07/2022
El templo de San Gregorio Magno está en la parte alta de la Loma y data del siglo XVII.
La vialidad de la zona lo ha dejado como una pequeña isla, pues es una de las vías de acceso entre norte y sur, subiendo por los molinos y los alcanfores, hay que hacerlo por la calle Ejido, que conserva todavía su camellón arbolado y le proporciona una agradable vista al pequeño templo, donde se encuentran dos representaciones de Santo patrono del barrio, una de ellas es de bulto y tiene aproximadamente un cuarto de siglo, y la otra es un lienzo al óleo y es más antigua.
El templo tiene dos cuerpos rematados por una espadaña de dos vanos. Su cúpula es octagonal sostenida por contrafuertes de cada lado, la planta es de una sola nave dividida por pilastras con motivos fitomorfos y grabados.
El altar con es estípites que sostienen a los lados medallones y un nicho de cantera.
Al lado este de la capilla de San Gregorio se encuentra una antigua capilla, (ahora usada como bodega) tiene un frontón triangular sostenido por dos pilastras con roleos barrocos, rematado por un escudo de cantera, su planta es de una sola nave.
Al frente de la capilla de San Gregorio en el mismo espacio atrial, está un calvarito, formado por arcos mixtilíneos y con techo abovedado.
La capilla de San Gregorio se ubica en la calle de Ejido esquina con la calle de topacio.
El Santo patrono San Gregorio el magno se festeja el 3 de septiembre, pero la celebración se transfiere al fin de semana más cercano con un programa para dos días en el que además de los ritos religiosos se incluyen eventos deportivos.
Toda una fiesta en el barrio.
San Gregorio en griego se traduce como el “vigilante” y nació en el 540 y murió en el 604, en la ciudad de Roma.
Con su herencia levantó algunos monasterios en Roma, retirándose al monte Celio, se distinguió en sus estudios doctorales y sus reformas al clero y sus liturgias, escribió varias obras, recién muerto era venerado ya como un Santo.
La tradición lo tiene como patrón de los liturgistas, sabios e investigadores, por su erudición, de los músicos y cantores por el mecenazgo que tuvo con ellos, se le deben las misas de gregorianas; es invocado para las enfermedades de la gota y la peste, es abogado de las “ánimas del purgatorio” y se le representa con tiara y Cruz papal (como uno de los cuatro padres de la Iglesia).
La tradición lo conoce como Gregorio el Grande.
Otros atributos son una Paloma, emblema de la inspiración; una cartela con notación musical gregoriana. También son parte de su iconografía al ánima sola o varias del purgatorio o a sus pies.
Enrique Espinosa Uribe
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